¿Cómo aceptar el cambio inevitable y aprovecharlo para cambiar nosotros?

Varios conceptos llegan a mi cabeza: Fluir.  Asentir.  Aceptar.  Soltar. Tomar el camino de menor resistencia.

El soltar es un duelo.  El duelo es por algo que ya no es más.  Aceptar y seguir adelante, incluso en pequeñas cosas, como que ya no venden más una marca de un producto que me  gustaba.

imagen feng shui

Acepto -aunque no me guste- que eso que yo tanto quería, ya no está más.  Puedo elegir llorar mucho tiempo por que eso no es como yo quisiera, o bien, puedo buscar otra marca, o consumir otro producto diferente, quién sabe, tal vez hasta descubra uno que me guste todavía más.

Es más fácil adaptarnos al cambio, cuando viajamos más livianos.  Mientras menos carga (prejuicios, condicionamientos, domesticación) llevemos sobre los hombros, más fácil resultará surfear los vaivenes de la vida actual, en cambio constante, por mucho que no nos guste.

Y si decidimos aceptar que cada día será diferente del anterior, qué habrá cosas que, cuando despierte, ya no son más?  Y si, en vez de resistirme, abro los ojos y observo, en busca de la nueva ola más magnífica para surfear mi nuevo día?  Y si decido soltar toda la mochila que traigo, abriéndome a conocer nuevas cosas cada día?

Qué pasaría si lo hago?  Cuales son los riesgos reales?  Qué hace que me aferre a aquello que, hasta ahora, no me ha traído felicidad, sino todo lo contrario?  Por qué me aferro a eso (prejuicios, condicionamientos, domesticación, historia de infancia y de vida) en vez de abrirme a lo nuevo, dónde la posibilidad de encontrar mejores cosas es altamente probable y posible?  No es, acaso, como aferrarme a mi tabla en medio del océano, cuando veo todo el tiempo pasar bellas embarcaciones, cruceros, yates, lanchas?  Y yo sigo ahí, aferrado con uñas a una tabla roñosa, pero que conozco, porque me ha sostenido durante toda mi vida.  Se ve absurdo?  Claro, porque lo es!  Y así es como se ve el que sigas atado/a a tus creencias y falsas seguridades.

Estos tiempos nos están brindando la oportunidad única de experimentar cada día como algo diferente.  Te quieres subir a tu tabla de surf para ir a buscar las mejores olas, disfrutando bajo el sol?  O prefieres quedarte en la orilla, “bien seguro/a”, observando mientras otros realizan sus sueños?   Y lo puse entre comillas, porque si viene un terremoto, o ataca un animal desconocido, y tantas otras cosas, tampoco estarás seguro/a ahí.  En estos tiempos, quedarse en lo conocido, tampoco es una opción segura.  Si aún no te has dado cuenta, es tiempo de que lo hagas.  Como muchos han dicho ya, “lo único constante es el cambio”.  Así es nuestra realidad de hoy.

Qué hace entonces que no pueda salir de donde estoy, aún cuando comprendo y comparto totalmente esta teoría?  El miedo.

Tampoco es cosa de pararse de la arena y subirse a la tabla.  Puedo hacerlo de a poco.  Si cada día doy un paso adelante, metiendo primero los pies en el agua, mirando como otros lo hacen.  Hasta puedo pedirle ayuda y consejo a quienes ya lo lograron.  Puedo pedirle a alguien que me enseñe.  Puedo comprar el equipo necesario.  Puedo empezar a practicar.  Puedo ir agarrándole el gustito.  Hasta que consiga disfrutarlo.  Si pienso inicialmente que debo pararme de la toalla y saltar al horizonte a surfear, obviamente el miedo va a paralizarme.  Pero si voy así, poco a poco, hasta que domine esta técnica nueva, podré lograrlo, disfrutando cada etapa del proceso, además del resultado final.  La sensación de logro que conlleva, me fortalece, modifica la forma en que me veo a mi mismo/a y eso ayuda en los pasos siguientes.

Yo elijo vivir cada día como si fuera único.  Cada día es una unidad magnífica para vivir.  El presente, de hecho, es el único momento real en que puedo vivir, aprender y dar un paso hacia mis objetivos.

Planificar?  Si, claro que sí.  Pero siempre abierto/a a que ese plan podría sufrir muchísimas modificaciones imprevistas.  Y, en cada una de ellas, me adapto, resignifico y sigo adelante, disfrutando este único tiempo presente.

Y como decía el Maestro Usui: “Sólo por hoy…”  Sólo por hoy, daré un paso fuera de mi guarida.  Un solo paso.  Y, desde esa nueva perspectiva, miraré el horizonte con una mirada nueva, que se irá modificando poco a poco, en la medida que dé los pasos siguientes; siempre uno a la vez.

Colette Benoit Jiménez · Teraeputa y profesora holística